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¡Hola!

Soy Helena, quién se esconde detrás de Fimau. ¡Encantada! Ahora que estás aquí voy a contarte un poco más sobre mí.

CONÓCEME

Me apasiona el diseño, la decoración, la pintura y, en definitiva, las cosas bonitas. De hecho, desde que tengo uso de razón me ha encantado dibujar y pintar, y no he parado de hacerlo desde entonces. Y la culpa la ha tenido mi madre, que me contagió su afición.

Estudié Ingeniería técnica de Diseño Industrial y Desarrollo de Producto, pero mi experiencia profesional me ha llevado a focalizarme en el diseño gráfico. Por eso, me especialicé en Diseño Gráfico, Branding y Visual Merchandising en 2017. 

A lo largo de mi carrera profesional he tenido la suerte de trabajar para grandes e importantes empresas de puericultura, diseñando infinidad de productos para bebés, niños y artículos para el hogar: carritos de bebé, mobiliario infantil, combinados textiles, láminas ilustradas e, incluso, papeles pintados.

Mi HISTORIA

Me da la sensación de que, aunque Fimau no se fundó hasta el 2021, siempre formó parte de mí.  “Y es que siento como si toda mi vida me hubiera estado conduciendo a este preciso momento” como dice la canción de ‘La bien querida’.

Todo empezó a gestarse en 2018, cuando en mi Instagram subía contenido y a mis seguidores les gustaba. Pero no fue hasta marzo de 2020 cuando la idea de dedicarme únicamente a ello pasó por la cabeza. Sí, en plena pandemia. Dicen que cuando surgen cambios importantes en tu vida, tú cambias con ellos. Y eso me pasó a mí. 

Y después de un año gestando la idea y dándole forma, me lancé y cree Fimau oficialmente en octubre de 2021. 

MIS VALORES

Fimau es un cóctel hecho de ingredientes naturales, mucho amor y delicadeza. Ingredientes que forman parte de todo lo que hago y cómo lo hago:

el estado de ánimo con el que trabajo cada día y con el que me dirijo a los clientes. Esa tendencia a la risa o a la sonrisa que nunca puede faltar. Y casi siempre ligada a la satisfacción por el trabajo bien hecho. 

ese sentimiento impetuoso capaz de sacar una idea, proyecto o producto hacia adelante y que me acompaña en cada paso.

sin ella no existiría Fimau. Esa capacidad para inventar o crear que me persigue continuamente y que le añade un plus a todo.

como base de toda comunicación. Fimau es 100% sinceridad y honestidad. 

 

¿Qué significa fimau?

¿Qué significa fimau?

Mi abuela, quién de forma cariñosa siempre nos ha llamado así ‘Fimaaaaaaaau’.

Aquí en Valencia se usa la expresión ‘fill meu’ -que significa ‘hijo mío’- para dirigirte a personas cercanas. Y ella lo repetía tantas veces -de forma incorrecta- que a la familia siempre nos ha hecho mucha gracia, así que acabó convirtiéndose en el nombre de mi proyecto. 

Por eso, para mí Fimau es casa. Es familia. Es cobijo. Y es un nombre que me transmite fuerza, cariño y dulzura. ¡Gracias Teresin!

Identidad de marca

Siempre he creído importante que un logotipo tiene que ser capaz de transmitir los valores de la marca, pero también de contar una historia. Y el mío la tiene.

Las curvas de la tipografía son un símbolo de la importancia del trabajo manual: del lettering, la ilustración y la creatividad que me ha acompañado toda mi vida y que tan importante es para mi empresa. Además, también transmiten mis valores de alegría y creatividad. 

La M es la letra central y diferente al resto. Y tiene su porqué. Con sus líneas rectas evocan fuerza, orden y planificación. Y es que, al estar al medio, se trata del pilar sólido de la marca. Su creación coincidió con un momento muy importante para mí: la maternidad. Por eso, la importancia de esta letra que evoca a ‘mamá’ y ‘maternidad’.

El equilibrio perfecto entre ambos estilos es Fimau. Porque mi empresa no se centra en un servicio de un único sector, sino que es ambivalente: capaz de unir el mundo de bodas con el de los bebés; las invitaciones clásicas con el lettering moderno. Fimau son dos estilos diferentes, pero bien entrelazados.

Pero Fimau no es solo eso

Fimau no soy solo yo. Sino también todos los que durante el proceso han sido una parte de mi, ayudándome a que mi sueño se cumpliera. Por eso, quiero dar las gracias a mi hijo Jaume, por ser mis ojos. A mi madre, por ser mis manos. A Carlos, por ser mi hombro. A mi prima Auxi, por ser mi hemisferio izquierdo. A mi amiga Aida, por ser mis dedos. A mis suegros, a toda mi familia y amigos, por ser mis piernas. 

Porque sin vuestra confianza no existiría Fimau. Fuisteis los primeros en creer en mí y en lo que hacía; y no dudasteis ni un minuto en recomendarme.

Y gracias a ti ¡Gracias de corazón! 

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